Zinc
El zinc es un mineral esencial que contribuye a la salud de varias maneras. Nuestro cuerpo no puede producir ni almacenar zinc, por lo que es importante obtener una cantidad suficiente a través de la dieta diaria o de suplementos. El zinc es incluso necesario para que funcionen nuestros sentidos del olfato y del gusto. El zinc se encuentra de forma natural en muchos tipos de alimentos, pero algunos problemas de salud o hábitos (como el consumo excesivo de alcohol) pueden hacer que se pierda demasiado zinc en lugar de ser absorbido.
El zinc y el panorama general
El zinc es necesario para muchas funciones vitales fundamentales, entre ellas
- Sistema inmunitario
- Síntesis de proteínas y colágeno
- Cicatrización de heridas
- Expresión genética adecuada
- Reacciones enzimáticas (para el metabolismo, la digestión y muchas otras funciones)
- Crecimiento y desarrollo humanos
El zinc te mantiene sano
No consumir suficiente zinc puede debilitar el sistema inmunitario, haciéndole más vulnerable a las infecciones por virus, bacterias y otros patógenos. El zinc combate el estrés oxidativo, estimula células inmunitarias específicas e incluso puede reducir las bajas por enfermedad. Los estudios demuestran que el zinc impide que el virus que causa los resfriados comunes se replique. Esto significa que los resfriados duran menos días y los síntomas son menos graves.
El zinc ayuda a cicatrizar la piel.
El zinc es necesario para una respuesta inflamatoria sana, la cicatrización de heridas y la síntesis de colágeno. Los médicos reconocen que el zinc es un tratamiento eficaz para curar úlceras cutáneas, quemaduras y otras heridas. El zinc desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la barrera cutánea, y los niveles bajos de zinc se asocian a una mayor incidencia de dermatitis atópica (eccema).
El zinc reduce la inflamación
El zinc es un antioxidante que disminuye el estrés oxidativo y se ha demostrado que reduce los marcadores de proteínas inflamatorias. El estrés oxidativo y la inflamación se han asociado a diversas enfermedades y afecciones crónicas, como los problemas cardíacos, el cáncer y la función cognitiva. Prevenir la inflamación crónica y las enfermedades asociadas a ella es sumamente importante para mejorar y proteger su salud en general.
