Vitiligo
El vitíligo es una afección cutánea crónica de naturaleza autoinmune caracterizada por la pérdida de células productoras de melanina o melanocitos, lo que da lugar a la aparición de zonas despigmentadas en la piel en forma de manchas que contrastan con las pigmentadas, siendo esta alteración el rasgo distintivo de la enfermedad.
Se calcula que lo padece entre el 0,5 y el 2% de la población mundial. Afecta por igual a hombres y mujeres, pero se ha demostrado que es más frecuente en personas de piel oscura; los países con mayor incidencia de vitíligo son India, Japón y México.
En 1993, un grupo de investigadores de la Universidad de Ámsterdam propuso la teoría de la convergencia, según la cual el vitíligo es un trastorno multifactorial en el que confluyen la predisposición genética, la autoinmunidad, el estrés oxidativo y factores psíquicos como la muerte de un ser querido, problemas económicos, laborales y familiares o una ruptura sentimental.
Al igual que ocurre con otros problemas de salud, en los casos de vitíligo debemos empezar por corregir la disbiosis intestinal siguiendo un protocolo de limpieza intestinal de cuatro semanas con el objetivo de reducir el nivel de inflamación en todo el organismo, ya que la inflamación acelera la muerte de los melanocitos. Prueba de ello es que, en ocasiones, traumatismos, quemaduras, abrasiones, intervenciones quirúrgicas, picaduras de insectos o infecciones cutáneas producen despigmentación en la zona afectada, lo que en dermatología se conoce como fenómeno de Koebner. Es posible frenar el avance de la enfermedad mediante suplementos nutricionales e incluso conseguir, al menos parcialmente, una repigmentación de las zonas afectadas