Los síntomas de la anaplasmosis pueden incluir dolores de cabeza, fiebre, escalofríos, malestar general y dolores musculares. Se han descrito algunos casos de complicaciones pulmonares, lo que ha llevado a algunos investigadores a recomendar la inclusión de la anaplasmosis en el diagnóstico diferencial de cuadros respiratorios atípicos. Aunque infrecuente, ha habido pacientes con anaplasmosis que no mostraban ningún síntoma (asintomáticos), por lo que es crucial que los clínicos sean conscientes de la posible anaplasmosis asintomática tras una picadura de garrapata.